¿Cuál es la diferencia entre un ascensor neumático y un ascensor hidráulico?

Hidráulico = “aceite y pistón”: más potencia y carga, pide foso y espacio técnico.

Neumático = “aire y vacío”: sin foso, montaje ágil, muy eficiente en vivienda.

Regla práctica: si quieres obra mínima + eficiencia + estética, elige neumático; si necesitas músculo + uso alto + más paradas, elige hidráulico.

Hidráulico (el de aceite). Sube con bomba + pistón que impulsa aceite a presión; baja por gravedad devolviendo el fluido al depósito. Ideal cuando prima la fuerza y la capacidad.

Neumático (el de aire). Sube por diferencia de presiones: turbinas arriba crean vacío y la presión de abajo empuja la cabina; baja por gravedad. Perfecto para viviendas por su simplicidad y confort.

Hidráulico. Requiere pequeño foso y espacio técnico para la central (bomba, depósito, válvulas). Encaja si ya hay obra o preinstalación.

Neumático. No necesita foso ni sala de máquinas: se apoya sobre el suelo. Montaje rápido y limpio, ideal en casas habitadas.

Consumo. En ambos, el gasto está en la subida. Hidráulico: motor + bomba → más consumo si hay muchos viajes/día. Neumático: el esfuerzo principal es crear vacío; en uso doméstico moderado suele ser más eficiente.

Ruido. Hidráulico: puede oírse la central en el arranque si no se insonoriza. Neumático: se percibe el zumbido de las turbinas al subir. Con silentblocks, ubicación correcta y sellados, ambos alcanzan confort residencial.

Capacidad. El hidráulico ofrece más kg/personas con margen para objetos voluminosos y picos de uso; el neumático apunta a 2–3 personas (según modelo).

Velocidad. Rangos cómodos y seguros en vivienda; la experiencia panorámica del neumático compensa trayectos algo más tranquilos.

Paradas. Para 2–3 plantas el neumático rinde excelente; con más alturas y uso intensivo, el hidráulico da holgura.

Hidráulico. Suele integrar batería para llegar a una parada y válvulas de seguridad.

Neumático. Ante corte de luz, desciende por gravedad hasta el nivel inferior; menos elementos mecánicos reducen puntos de fallo.

Buenas prácticas: exige certificaciones, prueba de emergencia y plan de mantenimiento en la entrega.

Hidráulico. Requiere revisiones (aceite, sellos, válvulas) y gestión de residuos.

Neumático. Menos mantenimiento (sin aceites); limpieza de juntas y revisión de turbinas/electrónica.

Perfil de uso: si buscas “instalar y olvidarte” (más allá de revisiones legales), el neumático suele ser más amable.

Obra: neumático sin foso / hidráulico con foso y armario técnico.

Potencia y red: en vivienda, lo habitual es 230 V monofásica; revisa potencia pico.

Acústica: turbinas (neumático) vs grupo hidráulico (hidráulico); el confort depende de ubicación e insonorización.

Checklist exprés por tipo

Para neumático: hueco libre, toma 230 V cercana, ruta de cableado, turbinas lejos de dormitorios.

Para hidráulico: foso previsto, armario técnico ventilado, 230 V con línea dedicada, insonorización del grupo y previsión de derrames.

Hidráulico si… esperas uso alto, mucha carga o más de 3 paradas, y ya contemplas obra con espacio técnico.

Neumático si… priorizas obra mínima, montaje rápido, estética panorámica y eficiencia en dúplex/unifamiliar.

Si priorizas obra mínima, eficiencia y diseño, el neumático suele ser tu mejor aliado en vivienda. Si la prioridad es potencia, margen de carga y resistencia al uso intensivo, el hidráulico es un valor seguro. Con un instalador competente y mantenimiento al día, ambas opciones ofrecen seguridad y comodidad durante años.